Dicen que todos tenemos un niño dentro, sobre todo cuando hacemos algo que un adulto no debería hacer.
Pero la ternura de los niños es indiscutible, hace que el ogro más enojado se convierta en un manso corderito. Los niños nos dan alegría, no son como los adultos que trabajan estresados y tienen problemas todo el tiempo. Son divertido y tiernos, demuestran su amor y no les importa pasar vergüenza.
Me encantaría volver a ser niña y poder hacer las travesuras que pocas veces me atreví a realizar. Poder jugar sin horarios que cumplir, ni tareas que terminar.
Pero la ternura de los niños es indiscutible, hace que el ogro más enojado se convierta en un manso corderito. Los niños nos dan alegría, no son como los adultos que trabajan estresados y tienen problemas todo el tiempo. Son divertido y tiernos, demuestran su amor y no les importa pasar vergüenza.
Me encantaría volver a ser niña y poder hacer las travesuras que pocas veces me atreví a realizar. Poder jugar sin horarios que cumplir, ni tareas que terminar.
En homenaje a estos niños que tenemos dentro les traigo unos comerciales que han usado a esos angelitos para darnos un mensaje, muchas veces divertido.
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